Si me engaño, existo
Nosotros somos, sabemos que somos y amamos este ser y este conocimiento.
Y en estos tres términos que acabo de nombrar no hay falsedad alguna que pueda engañarnos con un aire de verdad. No sucede con esto como con las otras cosas que son externas [...] Sin que la menor ensoñación o alucinación pueda adueñarse de mi imaginación, es absolutamente cierto que yo existo, que sé que existo y que amo eso que sé. A propósito de esas verdades no temo en absoluto ninguno de los argumentos de los Académicos: Pero, ¡cómo! ¿y si te engañases? Si me engañase, existo. Porque el que no existe no puede engañarse en nada; y por tanto, si me engaño, existo.
San Agustín: La ciudad de Dios
Pero hay no sé que burlador muy poderoso y muy astuto que pone todo su empeño en burlarme siempre. Pero si me engaña, no hay la menor duda de que existo; y por mucho que me engañe, nunca podría hacer que yo no fuera nada mientras yo pensase que era algo. De suerte que después de haberlo pensado mucho, y haber examinado cuidadosamente todas las cosas, es preciso concluir finalmente, y tener por cierto que esta proposición: yo soy, yo existo, es necesariamente verdadera, tantas veces como yo lapronuncie o la conciba en mi espíritu.
René Descartes. Meditaciones metafísicas. Meditación segunda.
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